Buena alimentación, más espermatozoides.


Gran cantidad de hombres dan poca importancia a la estrecha relachión que existe entre una saludable alimentación y la capacidad para producir espermatozoides.

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La alimentación sana está relacionada con todos los órganos de nuestros cuerpo y con todos los aspectos de nuestra vida. La fertilidad no iba a ser una excepción.

En los hombres, la mayoría de los casos de infertilidad se debe a un bajo contenido de espermatozoides en el semen (oligospermia) o a la baja movilidad de los mismos, los especialistas aseguran que muchas de las causas de dificultades para la fecundación responden bien a cambios en los hábitos alimentarios y de estilo de vida.

Una investigación de la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva constató que el 83% de los hombres infértiles tenían un bajo consumo de frutas y verduras (menos de cinco porciones al día) frente a los fértiles.

Los nutrientes esenciales para los espermatozoides sanos son:

Ácido fólico: su deficiencia afecta al número y la movilidad de los espermatozoides. El ácido fólico es muy abundante en verduras de hoja verde, legumbres y cereales integrales.

Cinc: es un mineral esencial para la función del sistema reproductor masculino, al estar implicado en el crecimiento y desarrollo de los órganos sexuales. La cantidad y la movilidad del esperma están directamente relacionadas con los niveles de cinc en el organismo. Lo contienen las pipas de calabaza, los mariscos, el hígado, las carnes, los pescados, los huevos, lácteos y otros frutos secos y legumbres.

Vitamina C: por su carácter antioxidante favorece la desintoxicación de algunos metales pesados como el plomo y el cadmio lo que influye positivamente en la calidad y cantidad del semen y en la función de los órganos sexuales. Muy presente en las frutas y verduras.

Selenio: asociado directamente a la función reproductiva masculina, participa en la secreción de testosterona y mejora la movilidad y cantidad de esperma. Los cereales integrales, los frutos secos y las semillas los contienen.

Vitamina E: por su capacidad antioxidante contrarresta la acción nociva de los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y en la calidad del semen. El germen de trigo es la fuente natural más concentrada en vitamina E. También en frutos secos y aceite de oliva virgen.

Vitamina A: protege a las células del aparato reproductor masculino del proceso de envejecimiento prematuro producido por los radicales libres. Favorece la fertilidad ya que participa en la formación de esteroides, base de las hormonas sexuales. Esta vitamina abunda en la mantequilla, leche entera, huevos e hígado. También está presente en forma de beta-caroteno (precursor de la vitamina A en el organismo) en la zanahoria, la calabaza, el albaricoque y en la mayoría de las hortalizas de color anaranjado-rojizo, así como en las verduras de hoja verde.

Fuente: Bebés y más.

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