Persiste riesgo de cáncer tras terapia hormonal


El primer seguimiento de un famoso estudio sobre el uso de hormonas tras la menopausia muestra que los problemas cardiacos ligados a las píldoras parecen desaparecer cuando las mujeres dejan de tomarlas, aunque aparecen nuevos y sorprendentes riesgos de cáncer.

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Que los problemas cardiacos asociados con las hormonas probablemente no sean permanentes son buenas noticias para millones de mujeres que dejaron de tomarlas después de que el estudio del gobierno se interrumpiera hace seis años debido a los riesgos cardiacos y de cáncer de seno.

Pero nuevos riesgos de otros tipo de cáncer, particularmente del pulmón, en mujeres que habían tomado píldoras de estrógeno-progesterona por unos cinco años dejaron intrigados a los investigadores y a expertos.

Esos riesgos "fueron totalmente inesperados'', dijo el doctor Gerardo Heiss de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, principal autor del análisis de seguimiento.

El análisis se centró en la salud de las participantes durante los primeros dos o tres años tras el fin del estudio. En ese tiempo, las que habían tomado hormonas pero dejaron de hacerlo tenían 24 por ciento más probabilidades de desarrollar cáncer que las mujeres que tomaron placebos en el transcurso del estudio.

"Todavía hay mucha incertidumbre sobre la causa del aumento en el riesgo de cáncer'', dijo la coautora del análisis, la doctora JoAnnn Manson, jefa de medicina preventiva en el Hospital de Mujeres de Harvard.

Los cánceres incluían tumores de seno, que también se producían con más frecuencia entre las que usaron hormonas durante el estudio.

Los investigadores observaron que el aumento del riesgo para todos los tipos de cáncer sólo representaba tres casos más al año por cada 1,000 mujeres que tomaron hormonas en comparación con las que no lo hicieron.

Con todo, Heiss dijo que los resultados sugerían que las antiguas usuarias de hormonas tenían que ser vigilantes y hacerse exámenes, incluyendo mamogramas.

"La vigilancia está justificada'', dijo. "Alarma no, vigilancia'''.

El estudio inicial de 16,608 mujeres posmenopáusicas debía examinar los pro y los contra de tomar píldoras que, durante mucho tiempo, se pensó beneficiaban la salud de las mujeres. El estudio se detuvo en el 2002 cuando se descubrieron más ataques al corazón, cánceres de seno y problemas relacionados entre las que usaban hormonas en comparación con las que no las usaban.

Algunos datos sugieren que los índices de cáncer del seno en EEUU han disminuido desde el fin del estudio. Pero probablemente eso refleje que menos mujeres toman las pastillas y no una baja en el riesgo de cáncer de seno entre las que las usaron en el pasado, dijo el doctor Michael Lasuer del Instituto Nacional del Corazón, Pulmones y Sangre del Instituto Nacional de la Salud, que hizo y financió el famoso estudio.

Los autores dijeron que los nuevos resultados envían el mismo mensaje que ellos han defendido desde el final del estudio: los riesgos a la salud de las píldoras de estrógeno-progesterona superan sus beneficios, y sólo deberían usarse para aliviar los síntomas de la menopausia, en la menor dosis y por el menor tiempo posible.

El nuevo análisis aparece este miércoles en el Journal of the American Medical Association.

Un portavoz de Wyeth Pharmaceuticals, fabricante de la píldoras estrógeno-progesterona utilizadas en el estudio, expresaron una crítica frecuente también entre los científicos: que el promedio de edad de las participantes en el estudio estaba en la sesentena, por lo menos 10 años mayor que el de las típicas usuarias de hormonas.

LINDSEY TANNER / AP
CHICAGO


Vida y obras de Satanás, 3ra parte.

Iblis o Belial, el rey del mal siempre ha tenido nombre.


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El ser humano se pregunta por el origen de la desgracia.
La tercera forma de solucionar el problema es dejarlo sin resolver. “Se busca refugio en la mística oscuridad y se habla del insondable misterio del mal”, dice Haag. De eso ya hay antecedentes, como la Santísima Trinidad, el misterio de misterios que tanto preocupó a San Agustín por el evidente politeísmo que implica. Digamos que la teología moderna, incapaz de dar una respuesta coherente al problema, ha aparcado a Satán en un rincón oscuro.

Explicar la presencia del mal en el mundo es una meta tan antigua como la propia humanidad. Enfermedades, desgracias personales o catástrofes naturales siempre han sido causadas por espíritus que podríamos catalogar de crueles y malvados, pero ninguno ha sido elevado a la categoría de encarnación del mal puro. Las religiones griega y romana no conocían al Diablo, entre los 400 dioses celtas no había sitio para el maligno, lo mismo que en las religiones africanas no influidas por los misioneros o en los indios de América del Norte. Ni siquiera en el sintoísmo, el budismo o el taoísmo.

En el judaísmo la situación es peculiar. En los libros sagrados hebreos Satán nunca aparece como líder de un Imperio del Mal que ha declarado la guerra a Dios y a la humanidad. De hecho, aparece mencionado pocas veces. En todo el Antiguo Testamento –heredero de las Sagradas Escrituras judías– la palabra Satán aparece 18 veces frente a las 35 del Nuevo Testamento, que además es mucho más breve en extensión. Se le menciona por primera vez en una visión de Zacarías, pero en un sentido totalmente profano, ya que Satán, en hebreo, significa adversario. Este término se repite en diferentes lugares con la acepción de “enemigo humano”, como cuando Salomón declaró que podía construir el templo que llevaría su nombre, ya que había paz en sus fronteras y no tenía ningún “Satán” en perspectiva. También se le da a quien se opone a la voluntad y el poder de Dios; así llamó Jesús a Pedro porque quiso impedir su pasión. Aún más, entre la corte de servidores angelicales de Dios existe la figura del Satán, que en los juicios divinos hace de fiscal y se coloca a la derecha del acusado.

No se trata, por tanto, de un nombre propio, sino de un título. Su función se vislumbra claramente en el Libro de Job, donde se le cita, no como el opuesto a Yahvé, sino como un servidor obediente. Es quien se dedica a atormentar al paciente Job por orden expresa de Dios, pues entre sus tareas está detectar las malas acciones de los hombres e informar de ellas. Eso sí, se alegra por el mal ajeno.

En el Antiguo Testamento, Satán es un segundón .

En definitiva, el futuro enemigo público número uno de Yahvé era en realidad un simple vasallo, el instrumento del que se sirvió Dios para someter a un hombre, Job, a las más incomprensibles y terribles pruebas contadas en la Biblia. Y el pobre sabía que era Yahvé el autor de sus sufrimientos. Para el autor del Libro de Job, Satán es un mero figurante. No sólo eso. En el Antiguo Testamento es el hombre quien peca por propia decisión y, para sorpresa de los católicos, no es el Diablo quien incita al pecado, sino el propio Yahvé: induce a David a realizar un censo y así cometer una falta gravísima, endurece el corazón del faraón para que no deje salir a los israelitas de Egipto, envía un mal espíritu al corazón de Saúl, primer rey de Israel, para que intente matar a David, su sucesor... Si hay algún sitio donde Satán es un anodino comparsa ese es el Antiguo Testamento.

Pero a partir de 300 a. C., con la irrupción del helenismo, los demonios cobraron importancia. Por aquel entonces todo el mundo quería conocer su origen y empezaron a aparecer numerosas fábulas que giraban en torno al pecado y la caída de los ángeles. Existía la imperiosa necesidad de descargar a Dios de toda responsabilidad por las acciones malas de los hombres. Pero fue la comunidad esenia de Qumrán la que mostró de manera más acusada el dualismo entre el bien y el mal. Identificaron a Belial como exponente del mal. Es Belial quien corrompe a la humanidad en un ejemplo de dualismo ético rampante que queda reflejado en todo su esplendor en la regla de la comunidad: Belial trata de seducir a los hombres, y Dios y su ángel Miguel les ayudan a no sucumbir.

En el libro extracanónico Vida de Adán y Eva encontramos el intento más popular para explicar la caída de un príncipe de los ángeles. Datado hacia el siglo I a. C., cuenta lo sucedido tras la expulsión del Paraíso. Satán le hace saber a Adán que él ha sido el culpable y promotor de esa caída. Hecho a imagen y semejanza de Dios, Adán iba a ser más glorioso que los propios ángeles. Por este motivo, Dios les pidió que lo veneraran. Miguel y los suyos obedecieron, pero Satán y sus partidarios se negaron y fueron expulsados del cielo. Como el Maligno, lleno de envidia y rabia, no podía vivir viendo feliz a Adán en el Paraíso, le indujo a desobedecer a Dios, a engañar a la mujer y compartir así su destino. Como podemos imaginar, esta leyenda permitió a la teología cristiana establecer una conexión entre el diablo y el pecado original. De igual modo, esta fábula la recoge el Corán para explicar el origen de su gran demonio, Iblis.
Fuente: Muy interesante.



El metro de la 27.


El gobierno no ha tenido descanso desde el inicio de la construccíon del metro. Ahora que está casi terminado, no se ha desaprovechado ningun momento para promocionarlo. En la imagen les muestro un autobus del transporte público disfrazado del metro que vi en la Av. 27 de febrero. Con todos estos avances que ha alcanzado esta mega obra, ya imagino lo dolida que ha de estar la opocisión.

Dos Cervezas al día reduce riesgo de Alzheimer

La ciencia nos brinda otra alternativa para combatir el Azheimer... esta vez tomando cerveza todos los días.

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Según las conclusiones de un estudio presentado por las doctoras del Departamento de Nutrición, Bromatología y Toxicología de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) María José González e Isabel Meseguer.

El trabajo, titulado “La cerveza como fuente dietética de silicio y su efecto protector frente a la intoxicación por aluminio: influencia sobre la absorción y la acumulación de este metal neurotóxico”, se ha realizado con animales de experimentación, concretamente ratones, y no está todavía en fase de experimentación humana, ha explicado la doctora Meseguer.

El silicio que aporta la cerveza, de acuerdo con este estudio, “parece interaccionar con el aluminio, un metal neurotóxico que se relaciona con la demencia y otras enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer”.Sin embargo, los roedores a los que se les suministró cerveza experimentaron una mayor excreción fecal de aluminio y una reducción de éste en el tejido cerebral.

La incorporación del silicio a la dieta permite reducir, de este modo, la presencia de aluminio en el plasma sanguíneo y el tejido cerebral, al limitar la absorción de este metal en el tracto gastrointestinal, por lo que “el aporte moderado de cerveza podría ser tenido en cuenta como posible factor protector”.

Dado que se trata de una bebida alcohólica, las doctoras han recomendado moderación y que la cantidad recomendada es de “dos cañas en los hombres adultos y una caña para las mujeres adultas”. “Por otra parte, no se recomienda para nada en la adolescencia“.

Otros alimentos que también tienen alto contenido en silicio son el plátano, el café, las judías verdes, las espinacas y los cereales integrales. Tras las conclusiones de este informe “se reafirma la reciente inclusión de la cerveza en la pirámide nutricional de la Sociedad Española de Nutrición”, concluyó Meseguer.