Eunuco

La historia cuenta hacerca de este tipo de hombres, quienes sufrieron un cambio corporal desnaturalizador, en ocasiones voluntariamente y en otras de forma agresiva y forsosa.

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El Eunuco es un hombre castrado. En ocasiones llega a esta condición para realizar enconmiendas especiales, o simplemente por castigo.

Aspecto Social

A pesar que una consecuencia es una "feminización" que de lo hormonal afecta la distribución lipídica corporal, biológicamente el macho humano castrado no se convierte en hembra en el sentido que no se produce cambio genético. En cambio, socioculturalmente, el eunuco no es ya hombre ni tampoco es mujer, se le considera así de un nuevo género. Y con ello usualmente se les encargan funciones especiales.

La historia dice

Son famosas las costumbres institucionalizadas de convertir hombres en eunucos que en etapas de su historia se practicaban en los imperios babilonio, chino, bizantino, árabe y turco. En estos casos, los hombres socioeconómicamente acomodados del país, encomendaban a los eunucos especialmente el cuidado de las mujeres del harén. Algunos eunucos llegaron a ser importantes funcionarios y alcanzar una considerable influencia política, los más hábiles incluso se las ingeniaban para decidir - ilegalmente - políticas de Estado que afectaban las relaciones internacionales con los países vecinos. En estos países hubo eunucos que alcanzaron en lo social mucha fama, en lo económico muchas riquezas, y en lo político mucho poder (especialmente ejercido a través de intrigas), pero no popularidad por parte de las masas.

En aldeas muy pobres a veces algunos pocos se realizaban la automutilación con la esperanza de alcanzar una mejor posición social y económica. No eran extraños los casos en que el papá, la mamá, los hermanos y las hermanas, acompañaban a un integrante de la familia a una cita con el barbero-cirujano. Éste, con técnicas rudimentarias basadas en la sabiduría de aquel entonces, procedía a la operación

Hoy

Aunque la ley lo prohíbe desde 1860, aún existen hombres que se castran voluntariamente en la India, los hijras; hay cerca de 500.000. La mitología hindú está llena de dioses andróginos por lo que para el hijra no hay nada innoble en ello. Sin embargo, han ido cayendo en la marginalidad, lo que ha hecho que se agrupen e, incluso, han creado su propio partido político.

Hasta hace poco, había eunucos también en Yibuti (en el cuerno de África), donde era costumbre regalar a la futura esposa los genitales cortados de otro hombre como símbolo de su valor. A pesar de que la práctica ha ido desapareciendo con la llegada de los misioneros religiosos, algunas ancianas aún los conservan como recuerdo y los enseñan con orgullo a los visitantes.