Los encantos de Bali




Algunos se quejan de que está siendo destrozada por el turismo, de que se ha vuelto demasiado comercial.... sin embargo, todavía son mayoría los que consideran Bali el destino ideal en Indonesia: una isla mágica donde uno puede disfrutar los placeres más modernos sin dejar de sentir el siempre presente toque tradicional.
Considerada isla mágica por sus encantos, en Bali lo antiguo no está reñido con lo actual, ni los placeres físicos con la vida espiritual: los sonrientes balineses lo acogen todo y lo hacen con una inocencia y una amabilidad que ha convertido esta tierra en uno de los destinos turísticos más apetecibles a nivel internacional.

Futuro de internet

Así es como imagina el diseñador japonés Mac Funamizu el futuro “Internet portátil”. Se trata de una pantalla de cristal que, colocada delante de un objeto nos permitirá, por ejemplo, identificar un edificio, conocer las constelaciones que forman las estrellas en una noche despejada, guiarnos por una calle, traducir un texto del periódico que leemos a otro idioma, e incluso conocer la composición y el contenido calórico del plato que estamos a punto de comer. Podría parecerlas algo exagerado de ciencia ficción, pero las grandes mentes del mundo pueden concevir esto con algo de financiamiento.

Sabores alterados


¿Le apetecería probar un melón sabor limón? ¿O fresas con cierto gustillo a plátano? ¿Y qué tal aliñar su ensalada con un aceite que sabe ligeramente a mango? Un equipo de bioquímicos de la Universidad de Texas acaba de hacer un descubrimiento que podría revolucionar nuestra mesa.

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En concreto, el doctor Raman y su equipo han conseguido manipular las enzimas del sabor en una planta, Arabidopsis thaliana, muy usada por los científicos por su relativa sencillez genética. Estas moléculas son comunes a otras plantas y producen jasmonato, la principal sustancia olorosa del jazmín, y volátiles de hoja verde o GLV, que proporcionan los aromas propios de las distintas frutas y verduras.

Además de deleitar a nuestros paladares, ambas sustancias son emitidas por las plantas para mantener alejados a los depredadores. “Si modificamos genéticamente la producción de los volátiles de hoja verde podemos cambiar el sabor de los alimentos a nuestro antojo, pero también controlar las plagas que afectan a los productos agrícolas”, explica hoy Raman en la revista Nature.

Según el investigador, en sus estudios cada sabor tiene un perfil químico único y diferente. Lo increíble es que ahora han demostrado que “es posible transformar cualquier enzima en otra diferente”, según palabras del investigador. Y en muchos casos, basta con cambiar un único aminoácido.

Raman y su equipo se disponen ahora a estudiar cómo se regula el sabor de los productos de origen marino.

Fuente: Muy interesante.