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Mirrors, una película de terror para aquellos amantes del susto y Clone Wars, una versión más de Star Wars para los seguidores de la saga de George Lucas. La cual devieran también nombrar "la historia sin fin".

Salud

Se cree que los católicos romanos popularizaron el uso de la bendición como respuesta al estornudo. La costumbre de decir "salud" tras un estornudo comenzó durante el papado del Papa Gregorio I (540-604), cuando la peste comenzaba a acechar Europa en el año 590. Para combatir la peste, Gregorio ordenó letanía, procesiones y plegarias constantes. Aquel que estornudara debía ser inmediatamente bendecido para evitar el desarrollo de la peste. La costumbre permanece aún entre los hablantes de varios idiomas, entre algunos de los cuales se sigue utilizando literalmente una bendición, como bless you en inglés.
Además se dice que, el decir bless you (Dios te bendiga - salud) es porque cuando se estornuda el corazón se detiene por un instante.
PD: en nuestro país también acostumbran a decir "Dios te críe"

Imágenes que dan paz

Según un estudio, las imágenes religiosas producen en el ser humano cierta sensación de tranquilidad, algunos hasta se atreven a decir que sirven de analgésicos. Lo malo de esto es que esta agradable sensación surte efecto con más facilidad en aquellas personas muy devotas.

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Contemplar un cuadro religioso puede reducir la percepción de dolor, según acaba de demostrar la nNeurocientífica Katja Wiech, de la Universidad de Oxford (Inglaterra), en un estudio que publica la revista Pain. Para llegar a esa conclusión, Wiech estudió la actividad cerebral de sujetos católicos practicantes y otros ateos o agnósticos mientras contemplaban un cuadro de la Virgen María y el popular retrato de La dama del armiño, de Leonardo da Vinci. Simultáneamente, todos los participantes en el experimento recibían unas molestas descargas eléctricas en la mano izquierda.

Las imágenes obtenidas mediante resonancia magnética funcional mostraron que el icono religioso generaba una alteración en el cerebro de los católicos que reducía la percepción del dolor. En concreto, la respuesta consistía en un aumento de la actividad de la región derecha de la corteza prefrontal, la misma que se pone en marcha cuando se administra un tratamiento placebo. Los ateos profesos, por el contrario, no mostraban alivio ni alteraban su actividad cerebral al contemplar ninguno de los retratos.

El neurocientífico Matthew Lieberman, de la Universidad de California, que ha seguido con interés el estudio, asegura que el siguiente paso es averiguar si las imágenes religiosas consiguieron este efecto simplemente porque llamaban la atención de los católicos o porque les generaban sentimientos “piadosos”. “Los fanáticos de los coches conseguirían el mismo alivio con la imagen de un vehículo sólo en el primer caso”, asegura Lieberman.