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La sinestesia, del griego συν, 'junto', y αισθησία, 'sensación', es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de impresiones de sentidos diferentes. Un sinestético puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. La sinestesia es un efecto común de algunas drogas psicodélicas, como el LSD o la mescalina.
Los sinestéticos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntaria. Por ejemplo, un sinestético puede ver un rojo con mayor intensidad cuando un sonido se vuelve más agudo, o tocar una superficie más suave le puede hacer saborear un sabor más dulce. Estas experiencias no son metafóricas o meras asociaciones. La depresión tiende a aumentar la fuerza de estas percepciones.
La sinestesia puede ocurrir incluso cuando uno de los sentidos está dañado. Por ejemplo, una persona que puede ver colores cuando oye palabras puede seguir percibiendo estos colores aunque pierda la visión durante su vida. Este fenómeno recibe también el nombre de "colores marcianos", término que se originó tras un caso de un sinestético que nació parcialmente daltónico, pero decía ver colores 'alienígenas' que era incapaz de ver en el sentido habitual del término, y que en realidad percibía debido a su sinestesia.
De noticia.
Neurocientíficos del prestigioso instituto Caltech descubren un nuevo tipo de “cruce de sentidos” (sinestesia) que permite oír el movimiento.
Melissa Saenz estaba realizando un experimento con alumnos en el Brain Imaging Center del Instituto de Tecnología de California (Caltech), cuando uno de los estudiantes que participaban en él aseguró que "escuchaba sonidos" en el salvapantallas de su ordenador. Sorprendida, Saenz decidió repetir la prueba con centenares de voluntarios y comprobó que al menos tres escuchaban ruidos como repiqueteos, zumbidos o siseos cuando una serie de puntos se desplazaban en sus pantallas. Tras conversar con los cuatro sinestésicos, la investigadora comprobó que en su vida normal estos sujetos oyen sonidos asociados al movimiento de las nubes o el batir de las alas de una mariposa.
Aunque son habituales los casos de personas que perciben números y letras como colores, incluso que saborean los sonidos, es la primera vez que se detectan casos de sinestesia auditiva. “La gente con sinestesia auditiva es menos propensa que otros sinestésicos a darse cuenta de que su experiencia es anormal”, justifica la investigadora. “Son personas que tienen una vida con una banda sonora más rica, y no tanto personas que viven una experiencia radicalmente diferente”, puntualizó.
En pruebas posteriores de memoria, los científicos comprobaron que los sinestésicos auditivos obtienen más éxito cuando tratan de recordar pautas rítmicas de luces similares a un código morse visual. “Tienen ventaja porque no sólo ven sino que también oyen las pautas visuales”, asegura Saenz en el último número de la revista Current Biology.
Saenz estima que es probable que un 1% de la población mundial experimente sinestesia auditiva. Y ha habilitado un test on-line para detectarlo en la web www.klab.caltech.edu/~saenz/movingdots.html. Si al verlo usted escucha sonidos no hay duda: las partes de su cerebro que detectan el movimiento y las encargadas de procesar el sonido están más conectadas de lo habitual.
1 comentario:
Super interesante, tremendo articulo!
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