El origen de la fiesta de Halloween se encuentra mucho tiempo atrás, en la celebración celta del Samhain, que se hacía en las islas británicas y en la Bretaña francesa, lugares donde la cultura celta tuvo más fuerza.
Es el día en que comenzaba el invierno para los celtas, y poco después se celebra el nacimiento del nuevo año. La tradición dice que al comienzo del invierno, la frontera que separa este mundo del Otro (el que entenderíamos desde aquí como mundo de los muertos) se debilita, facilitando los contactos entre ambos mundos. La barrera recibe el nombre del Escudo de Lugh, el dios solar, y la tradición puede tener que ver con que, de hecho, al principio del invierno el día y la noche parecen estar más cercanos, y también el sol parece más débil, su calor se siente menos... así que se explica que su Escudo sea igualmente más débil.
Según las creencias celtas, el Otro Mundo y éste no son tan diferentes y cumplen una función cíclica. Uno muere en este mundo para nacer en el Otro, y cuando muera allí nacerá una nueva criatura en éste. La muerte es símbolo de vida, pues es necesaria para que ésta exista, y tampoco puede entenderse la vida sin una muerte posterior. Así, en el día de Halloween (Samhain para los celtas) recordarían a los muertos y celebrarían la muerte como continuidad de la vida, no como su fin.
Parece que los druidas celtas (sus sacerdotes) se vestían de forma especial para la ocasión, posiblemente representando así a los ancestros que vendrían a entregar mensajes a los vivos. De aquí habríamos sacado la actual costumbre de disfrazarse en Halloween. También era costumbre habitual que la gente realizara ofrendas depositando comida o plantas en cestas delante de las casas, lo que podría llevarnos a la costumbre de hoy de entregar golosinas a los niños... y por último, otra característica actual del Halloween, como es el uso de calabazas iluminadas con velas, también tendría su explicación en la cultura celta, que acostumbraba a encender velas en el interior de cráneos de sus antepasados, representando así la vida latente en su interior.
En el ámbito cristiano, ya en el siglo IV la Iglesia de Siria dedicaba un día a recordar a "Todos los Mártires". Tres siglos más tarde, el Papa Bonifacio IV transformó un panteón (templo romano dedicado a todos los dioses) en templo cristiano, dedicándolo a Todos los Santos; y el Papa Gregorio III estableció el 1º de Noviembre como día de dicha celebración, haciéndolo coincidir así con otras celebraciones no cristianas que también honraban a los muertos en ese día -como la celta-. Como ésta era una fiesta importante, se acostumbró a celebrar también la víspera, preparando en ella la celebración del día siguiente. En inglés, se llamó "All Hallow's Eve", o víspera de todos los santos, y fue ese nombre el que dio lugar al Halloween que hoy conocemos.
La fiesta de Halloween se celebra en muchas partes del mundo de una manera u otra. Generalmente, de un modo festivo, con disfraces, juegos, risas... Y al ser una fecha que en su origen tenía relación con lo desconocido, los muertos, el más allá... ha sido fruto de muchas leyendas, historias de miedo, etc. Se dice que el akelarre más importante de las brujas se celebra en esta noche, por ejemplo... y que es la mejor noche para contactar con espíritus o ver seres mágicos.
Si los celtas creían que en la noche del 31 de octubre la frontera entre este mundo y el Otro se debilitaba... también hay quien cree que la frontera que se debilita es la que separa nuestro mundo del Mundo Fantástico, poblado por hadas, magia, duendes... Así que fíjate bien y estáte atento... tal vez veas alguna pequeña luz volando por el cielo, y sea precisamente que has tenido la suerte de divisar un hada tras la cortina que separa nuestros mundos. O si te parece que una sombra ha cruzado la imagen de la luna... puede que haya sido una bruja que se dirigía a su reunión!