A través de esta milenaria practica china, podemos hacer que nuestro hogar se transforme en el sitio más cálido y confortable que podemos habitar.
A lo largo del tiempo, el hombre ha tendido al sedentarismo, por lo que la búsqueda de un refugio acogedor y cálido que lo pueda albergar, ha sido una preocupación permanente en todas las civilizaciones.
En China, fue creada hace miles de años una disciplina llamada feng-shui, que se encarga de estudiar nuestro lugar de residencia, los objetos que nos rodean, y como esto influye en nuestra conducta.
Según esta disciplina, conocida también como “técnica del emplazamiento”, cada espacio contiene una energía única e irrepetible, que crea una atmósfera que condiciona a quienes lo habitan.
¿Nunca le ha sucedido entrar a una casa y experimentar diversas sensaciones, como tristeza, pesadumbre, o alegría y paz? No, no estaba alucinando: el lugar donde vive una persona nos habla también de la clase de vida que lleva.
El feng shui ofrece una serie de sencillas reglas para armonizar correctamente nuestro hogar u oficina. Sus principios básicos son:
· Residir en ambientes soleados y bien ventilados. La energía solar es la principal fuente para la energía vital. Lo ideal es poseer grandes ventanales, ya que estos ensanchan los horizontes personales.
· Distribuir los muebles de forma tal que no queden rincones inaccesibles al paso, ya que estos forman barreras energéticas que impiden que la energía circule libremente.
· Elegir conscientemente los objetos que queremos que estén en nuestro hogar.
Esto último, lo veremos más detalladamente, ya que es fundamental para la armonía del hogar. Muchas personas, no decoran sus casas con muebles, sino que solo los “depositan” allí. Sin embargo, los objetos poseen vida, ya que no solo contienen la energía de los materiales que los componen, sino que son además receptáculos de nuestras emociones, por lo que debemos tener muy en claro que poseer y que no.
1. Deshágase de la vajilla o los adornos rotos o rasgados: Es posible que cuando se nos rompe o rasga un adorno o un instrumento de vajilla, lo arreglemos y mantengamos en uso. Pero estos objetos, ya han perdido su integridad energética, por lo que quedan “insanos” y repercuten negativamente. Lo ideal, entonces, es deshacerse de ellos.
2. No coleccione animales disecados o embalsamados: Estos animales, al igual que las estrellas de mar, los sandolar, o los hipocampos que suelen usarse como adorno, son depositarios de una energía muy negativa, ya que sus cuerpos no han podido reintegrarse a la naturaleza. Por muy bellos que le parezcan, no los deje en su hogar ni un minuto más.
3. Ubique adecuadamente los cactus: Todas las plantas poseen buena energía. Los cactus no son la excepción, pero contienen en su interior un mecanismo de economización del agua (ya que se encuentran en los desiertos y deben vivir mucho tiempo sin líquidos) que puede trabar el ingreso de dinero a su hogar. Lo ideal sería que no se desprenda de ellos, pero que sí los traslade a un lugar abierto.
4. No conserve fotografía rotas: Habrá visto que los mentalistas trabajan con las fotografías de algunas personas. Esto es así por que las fotos son una extensión de nuestro cuerpo, por lo que cuando están rotas, lo ideal es deshacerse de ellas (y bajo ningún punto recortarlas o destruidas).
5. Flores secas: Cuando las flores se secan o marchitan, ya no transmiten la energía vital que les es propia. Lo ideal, en esos caso, es tirarlas o enterrarlas como abono de otras plantas.
6. Espejos rotos: Es algo exagerado aquel dicho que afirma que mirarse en los espejos rotos trae siete años de mala suerte, pero apenas se rompa uno de su casa u oficina, debe deshacerse de él.
7. Las herencias involuntarias: Todos hemos recibido en algún momento objetos por una herencia o regalo, que aunque no nos gustan, solemos guardar por compromiso. Grave error: su casa no es un depósito, por lo que debe donarlos, prestarlos, o regalarlos a un tercero.
Fuente: en plenitud