Normalmente, el mal aliento o halitosis está causado por ciertas comidas o sustancias ingeridas, como el ajo y el alcohol; por la caries u otra enfermedad dental y por la fermentación de partículas de alimento en la boca. Esta última es favorecida durante el sueño, ya que la producción de saliva cae en picado mientras dormimos. Ciertas bacterias, como la Streptococcus mutans, aprovechan esta circunstancia para engrosar la placa dental, que al solidificarse forma el sarro. Además, otros microorganismos descomponen de forma anaerobia restos alimenticios atrapados entre los dientes. El mal aliento matinal también puede verse agravado por los gases que son reabsorbidos a nivel del colon y que se liberan a través de la superficie pulmonar al respirar.