Un nueva tipo de tatuajes tiene a los legisladores de Oklahoma (EE UU) trabajando para conseguir su prohibición. Son los tatuajes en los ojos, algo que, según estos legisladores, pone en serio riesgo la salud de quien se lo hace. La popularidad del tatuaje a crecido tanto que ya la gente está dispuesta a tatuarse cualquier parte del cuerpo, ahora hasta el ojo.
El senador republicano Cliff Branan ha considerado acertado el intento de prohibición ya que "la gente siempre quiere experimentar algo más, y esto sucede también cuando se tatúan".
Los doctores también advierten, tal y como leerse en Ksvitv, del serio riesgo de tatuarse las ‘zonas blancas' del ojo. Existe un alto grado de posibilidades de quedar ciego.
Del otro lado está Jason King, propietario del Atomic Lotus Tattoo, también Oklahoma, que asegura que "se trata de gente que se aburre; seguramente en EE UU pueden contarse con los dedos de una mano las personas que se tatúan el ojo".
Fuente: 20minutos.
Garabatear sirve de algo
Llenar un papel de garabatos no es una pérdida de tiempo ni una distracción. Muy al contrario, favorece la concentración mental y estimula la memoria, según revela un estudio de la Universidad de Plymouth publicado en la revista Applied Cognitive Psychology. Los investigadores sometieron a 40 personas a una serie de experimentos en los que escuchaban una llamada de teléfono de dos minutos y medio y, a continuación, debían recordar nombres y lugares mencionados en la misma. La mitad de los voluntarios pintaban en una hoja de papel mientras permanecían al teléfono. La otra mitad fue dejada a su libre albedrío.
Al final, todos los voluntarios tuvieron que escribir ocho nombres y ocho lugares mencionados en el mensaje. Los que habían hecho garabatos en papel recordaron un promedio de 7,5 mientras que los que no dibujaron acertaron un 5,8. “En la vida diaria hacer garabatos puede ser un modo de mantener la atención en una tarea aburrida y evitar una distracción innecesaria”, concluye la psicóloga Jackie Andrade, responsable del estudio.
Al final, todos los voluntarios tuvieron que escribir ocho nombres y ocho lugares mencionados en el mensaje. Los que habían hecho garabatos en papel recordaron un promedio de 7,5 mientras que los que no dibujaron acertaron un 5,8. “En la vida diaria hacer garabatos puede ser un modo de mantener la atención en una tarea aburrida y evitar una distracción innecesaria”, concluye la psicóloga Jackie Andrade, responsable del estudio.
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