Por supuesto que las células madre desde que la ciencia las dio a la luz publica han sido un gran motivo de controversia ética, social, política y religiosa y generan diferentes opiniones y puntos de vista, pero hoy les traeré la mas clara explicación para que entendamos la gran importancia de este logro científico.
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Las células madre Son células inmaduras que existen durante toda la vida en los tejidos del cuerpo desde el momento de la concepción. Latentes y en espera de convertirse en células maduras especializadas al responder a estímulos que las guíen a formar más células madre, a regenerar algún tejido dañado o periódicamente a sustituir a “células viejas”.
En cada etapa de la vida presentan diferencias en su capacidad de respuesta. Las llamadas totipotenciales existen cuando un espermatozoide fertiliza a un óvulo y se forma una célula con el poder de crear un organismo completo. Esta célula al responder es capaz de diferenciarse en cualquier otro tipo de célula, tejido e incluso una placenta.
Después, cuando un embrión tiene entre 7 y 14 días de vida sus células son pluripotenciales, esto quiere decir que sólo son capaces de transformarse en cualquier célula o tejido, pero no en una placenta o un organismo completo. Recolectarlas durante esta etapa para uso terapéutico es algo que aún está en discusión religiosa y ética.
Después están las que nos acompañan durante toda nuestra vida, las multipotenciales, que son más especializadas y sólo reproducen algunos tejidos o células cuando son dañados o necesitan renovarse, como la piel o la sangre. Así que de acuerdo a la etapa de vida en que existen, las células madre se dividen en embrionarias y adultas, éstas últimas se llaman así desde que el embrión deja de serlo.
El cuerpo se repara a sí mismo a cada momento, pero hay daños tan severos como los de médula espinal, diabetes juvenil o Parkinson, que la batalla parece perdida. Es aquí donde la ciencia médica busca resolver el problema al manipular las células madre, tanto embrionarias como adultas, para magnificar esa respuesta natural.
Esto es aún asignatura pendiente. Existen riesgos de infecciones, defectos genéticos y cáncer, así como el rechazo de la iglesia y grupos pro-vida cuando de células embrionarias se trata.
Ética, moral, ciencia y religión han convivido durante cientos de años y la historia nos muestra que sólo a través de consensos se logran treguas e intermedios. La vida es una comedia de errores y aciertos en la que todos participamos.